El sistema de pensiones dominicano, basado en la administración privada de fondos a través de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), ha sido objeto de críticas crecientes en los últimos años.
A pesar de la aparente solidez financiera y la rentabilidad reportada, la realidad que enfrentan miles de trabajadores al momento de jubilarse es la de pensiones insuficientes, que no garantizan una vejez digna.
Este artículo jurídico analiza las causas, estadísticas y consecuencias de las pensiones miserables otorgadas por las AFP en la República Dominicana, y plantea la urgencia de reformas para corregir esta situación vergonzosa.
Contexto del Sistema Dominicano de Pensiones
Desde la implementación de la Ley 87-01 de Seguridad Social, el sistema dominicano adoptó un modelo de capitalización individual, en el que las AFP administran los ahorros previsionales de los trabajadores para garantizarles una pensión al momento del retiro.
Según datos oficiales, el patrimonio administrado por las AFP supera el billón de pesos dominicanos, con una rentabilidad promedio anual cercana al 9.4% en 2025.
En los primeros cinco meses de 2025, los afiliados a las AFP ganaron alrededor de 34,235 millones de pesos en rendimientos de sus inversiones, lo que refleja un manejo financiero aparentemente exitoso.
Sin embargo, estas cifras macroeconómicas contrastan con la realidad de los pensionados, quienes reciben montos que muchas veces no superan el salario mínimo ni cubren sus necesidades básicas.
Estadísticas Alarmantes sobre las Pensiones Otorgadas
Pese a la rentabilidad y el crecimiento del patrimonio, las pensiones promedio otorgadas por las AFP son consideradas miserables por diversos sectores sociales y expertos.
La razón principal es que el monto acumulado en las cuentas individuales suele ser insuficiente para generar una pensión adecuada, debido a varios factores:
Bajas contribuciones y periodos laborales insuficientes: Muchos trabajadores dominicanos laboran en la informalidad o tienen empleos temporales, lo que limita sus aportes regulares al sistema y reduce el capital acumulado.
Comisiones y costos administrativos: Las AFP cobran comisiones que, aunque reguladas, disminuyen el saldo final disponible para la pensión, afectando directamente el monto a recibir.
Expectativas de vida y cálculo actuarial: El aumento en la esperanza de vida implica que las pensiones deben cubrir periodos más largos, lo que reduce la cuota mensual otorgada.
Rentabilidad variable y fluctuaciones cambiarias: Aunque la rentabilidad promedio es positiva, las fluctuaciones en el mercado financiero y la apreciación del peso dominicano frente al dólar pueden reducir temporalmente el valor de las inversiones en moneda extranjera, afectando el saldo acumulado.
Estas causas se traducen en pensiones que en muchos casos no superan los RD$10,000 mensuales, cifra insuficiente para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y vivienda.
Implicaciones Jurídicas y Sociales
La entrega de pensiones miserables afecta derechos constitucionales fundamentales, como el derecho a la seguridad social y a una vejez digna.
La Constitución dominicana y la Ley 87-01 establecen la obligación del Estado y de las AFP de garantizar la protección social de los trabajadores, incluyendo el acceso a pensiones adecuadas.
La inadecuación de las pensiones puede constituir un incumplimiento de estas garantías, generando responsabilidades legales para las AFP y el sistema en general.
Además, la Superintendencia de Pensiones (SIPEN) tiene el mandato de supervisar que las administradoras cumplan con sus obligaciones y protejan los intereses de los afiliados.
Socialmente, las pensiones insuficientes generan pobreza en la tercera edad, dependencia familiar y presión sobre los sistemas públicos de asistencia social. Esto afecta la cohesión social y la estabilidad económica del país.
Críticas y Respuestas de las AFP
Las AFP y su gremio, la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), reconocen las fluctuaciones del mercado y la importancia de evaluar la rentabilidad a largo plazo.
Argumentan que las inversiones están diversificadas y que las ganancias acumuladas permitirán mejores pensiones en el futuro.
Sin embargo, esta visión es cuestionada por expertos y organizaciones sociales que señalan que el sistema actual no responde adecuadamente a las necesidades reales de los trabajadores, especialmente de los sectores más vulnerables y con empleos informales.
Propuestas de Reforma y Mejora
Para corregir la situación de pensiones miserables, se plantean varias medidas:
Fortalecer la formalización laboral: Incrementar la inclusión de trabajadores en el sistema formal para garantizar aportes constantes y mayores capitalizaciones.
Reducir comisiones y costos administrativos: Ajustar las tarifas para que los afiliados reciban una mayor proporción de sus aportes.
Implementar mecanismos de solidaridad: Incorporar fondos de solidaridad o pensiones mínimas garantizadas para proteger a los afiliados con menores aportes.
Mejorar la educación financiera: Informar a los trabajadores sobre la importancia de la planificación previsional y los beneficios de mantener aportes regulares.
Revisar el marco legal: Actualizar la Ley 87-01 para incluir mecanismos que aseguren pensiones dignas y regulen mejor la gestión de las AFP.
Impulsar la supervisión y transparencia: Fortalecer el rol de SIPEN para garantizar que las AFP administren los fondos con eficiencia y responsabilidad.
Conclusión
Las pensiones miserables otorgadas por las AFP en la República Dominicana constituyen una realidad alarmante y vergonzosa que afecta la dignidad y seguridad económica de miles de trabajadores jubilados.
A pesar de cifras alentadoras en rentabilidad y patrimonio, el sistema no logra traducir estos resultados en beneficios concretos para los pensionados.
Es imprescindible que el Estado, las AFP y la sociedad civil trabajen conjuntamente para reformar el sistema de pensiones, garantizando que los ahorros acumulados se conviertan en pensiones justas y suficientes.
Solo así se podrá cumplir con el mandato constitucional de proteger a los ciudadanos en su vejez y construir un sistema de seguridad social verdaderamente inclusivo y sostenible.
Este análisis jurídico invita a un debate profundo y urgente sobre la necesidad de transformar el sistema de pensiones dominicano para evitar que la vejez sea sinónimo de pobreza y exclusión social.
La justicia social y el respeto a los derechos fundamentales exigen respuestas concretas y efectivas.